{El gato de cheshire}

Parece que se ve el mundo diferente desde unos zapatos altos, pues si, esta bonito el mundo, sigue con sus peculiares y caracteristicas significatividades, esas que nos diferencian del resto de pobladores de universo.
Creia que seria más peligroso, que me caeria al cruzar la calle, pero enseguida se me ha pasado.
He subido y bajado escaleras, he estado superando diferentes barreras arquitectonicas, y mis piernas han respondido a cada nueva orden de mi mente.
La gente que no tiene piernas, no se puede poner zapatos altos, son cosas que no solemos pensar, para no amargarnos la vida, eso de agradecer lo que tenemos, lo que somos.
Por ejemplo, las manos, las manos suelen ser muy hermosas, y sabias, a mi me encanta ver como acompañan una conversación, como mezclan una ensalada, como se embadurnan de pintura para niños, acarician, hablan, callan, se abren con generosidad y se cierran con la rabia, se entrelazan y se llenan de cosquillas, hay manos pequeñas, de bebes pequeños, que nacen cada día con sus pequeñas manos, y manos grandes, que llevan años y años haciendo grandes cosas...casas donde vive la gente, pintando paredes, construyendo mesas y sillas, operando corazones, extirpando apendices, transportando tomates y melones, plantando habas y judias, preparando la cena, tendiendo la ropa, limpiandole el culo a los niños, secando lágrimas con un trozo del delantal de cuadros negros y marrones entre los dedos...manos con grietas y quemadas del Sol, saladas, manos con olor a honradez.
Hace tres dias nació Juan, a Ona le parece muy pequeño, a mi ella, me parecio muy grande...ya no es esa bebé que olia a bosque solo nacer, aunque claro, como a alla nunca le sobran mis manos para abrazarla, peinarla, vestirla, hacerla cosquillas y esas cosas que hacemos los mayores...pues aprovechare hasta que sea más mayor, y me diga que no le de más besos en la puerta del cole, mientras tanto, le hare caso a mis manos.-