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De les tristors, en farem fum...
Eran días importantes, desde la ventana un castillo, rojo, era el edificio de cervezas, una estrella amarilla muy grande daba vueltas cada noche, yo me sentaba absorta y le atribuia caracter mágico, estaba absolutamente convencida de que alguien la había puesto allí para recordar que los deseos se hacen realidad.
Bajábamos a la calle las niñas y los niños, a buscar trastos viejos y madera que quemar, dejabamos el botín en la esquina y dos vigilantes, porque los de calle de al lado querrian hacer la hoguera más mejor...ilusos...
Porque el gamberro más gamberro de la calle estaba con nosotros, el más avispado y rápido, delgado y veloz de pensamiento como el viento, capacidades organizativas innatas y liderazgo natural, con un jefe como aquel en la banda, volveriamos, ese año, a ser la mejor hoguera del barrio, a mi madre no le gustaba, decía que no se lavaba la cara y que siempre llevaba la misma camisa vieja de cuadros, a todas las niñas nos llevaba por la calle de la amargura, y todos los niños callaban cuando él tenía algo que decir, era el jefe.
Y llegaba la obligada hora en que sabíamos que teníamos que subir a casa a cenar,y no teníamos hambre, me esperaba un trozo de coca y una Fanta, mi perrita Estrella y mi comediscos, una Nancy sin cabeza( la perra y yo acordabamos que era mejor usarla de pelota) y mi padre y mi madre en el balcón de la noche de San Juan, ella disimulaba la tristeza, se habia puesto guapa, y fingia ser feliz, mi padre me hablaba de la importancia de quemar lo viejo, de lo innecesario, de llevarse bien con los vecinos y de que todos, grandes y pequeños, haríamos luego un gran circulo, ante una gran hoguera, entre las calles de un barrio de Barcelona, cuando Barcelona solo era mi barrio
Así era, bajábamos a la calle una copa y brindábamos, y los mayores estaban contentos, y parecian no tan mayores, y los pequeños parececiamos más mayores, porque habíamos hecho algo para todos.
Las llamas morian lentamente, y cada cual a su manera, se dejaba morir alguna cosilla para el ayer, cuando me iba a dormir, ya en un sueño mágico, mirando la estrella de plástico amarillo que seguia dando vueltas frente a mi ventana,
sabía que esa noche me escuchaba mejor.
Por la mañana, las cenizas ensuciaban el asfalto, y una extraña tristeza invadía el cuerpo, esa de cuando te lo has pasado tan bien que sabes que no volverá a repetirse, pero luego volvía a recordar que el próximo verano volvia a ser Sant Joan...
Todos fuimos creciendo, y cada vez venían menos a recoger maderas, hasta que un día, no hicimos hoguera.
Y desde ese entonces, cada verbena de Sant Joan, en algún momento del dia o la noche, que me pilla sorprendida entre un ir y venir, recuerdo el primer beso robado entre un armario roto y una cabina de teléfonos, los fuegos artificiales y a mi vecina Juana estrenar vestido, y al antipático del colmado, que estaba de buen humor, y al señor Pedro, gastando bromas a todo el mundo, por solo y soltero, a los 50, y todos ellos me acompañan en la dulzura del recuerdo, y vuelve a ser San Juan.
2003-06-23 16:36 | 2 Comentarios
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Comentarios
1
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De: Elendili |
Fecha: 2003-06-23 17:00 |
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Doneu-me un tros de fusta per cremar
o la prendré d'on pugui, com ahir,
com si no n'hi hagués d'altra.
Jo he sigut com vosaltres.
No vull sentir-me vell aquesta nit.
Que un tros de fusta torni a ser un tresor.
Que amb una taula vella sigui ric.
Pels carrers i les places
aniré de casa en casa
per fer-ho cremar tot aquesta nit
de Sant Joan.
Joan Manuel Serrat.
Palabras que hacen palpar realidades pasadas que aveces se olvidan y que sin embargo siempre se llevan dentro.
Lo mejor que te he leido...
...en la bitácora claro.
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2
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De: Angi |
Fecha: 2003-06-23 17:29 |
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Como me hubiese gustado jugar contigo de niña, Elendili, no se como, pero te hubiese robado un beso
:-)
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