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Encendió un cigarrillo, se quedó en blanco, el lento movimiento del humo subiendo, su mano mirando la otra mano, de sus pestañas cayeron unas letras que se quedaron quietas sin saber donde ponerse ni como ordenarse, el abecedario era muy complicado algunas veces, o tal vez no, tal vez solo fuese que algunas cosas no se escriben, para que no sucedan nunca.
Estaba convencida de que cuando las cosas se escribían cobraban vida en otra mágica dimensión, otra realidad que se materializaba a su antojo en un lugar situado entre los sueños y la taza del desayuno o entre las arrugas de la almohada y el buscar a tientas en la noche la zapatilla del pie izquierdo, entonces la arruga de la almohada era un poco suave y se dejaba tapar con su pelo , y la taza del desayuno era el reloj que marcaba el tiempo, y la zapatilla era el recuerdo de la última vez que andó descalza.
Entonces, ya era demasado tarde, las letras se habían apoderado de nuevo de ella,y ya no pensaba sino en buscar la belleza de los dias, encendió un cigarrillo...
2003-04-27 05:19 | 3 Comentarios
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Comentarios
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1
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| De: el paseante |
Fecha: 2003-04-27 20:17 |
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Me encanta lo del "lugar situado entre los sueños y la taza del desayuno o entre las arrugas de la almohada y el buscar a tientas en la noche la zapatilla del pie izquierdo".
De verdad, tiene usted hallazgos geniales. :-)
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| De: Angi |
Fecha: 2003-04-27 20:22 |
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Pues aun no he encontrado la zapatilla.
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3
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| De: el paseante |
Fecha: 2003-04-27 20:24 |
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:-)
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