{El gato de cheshire}

Tarde libre

Tarde libre

Ella vivía en el cielo de los tontos, para acceder allí era necesario saber ciertas cosas, como eran muy tontas, eran cosas sencillas.
Una cosa era tararear o silvar por la calle antes de las 8 de la mañana, aunque llegase tarde, tararear una canción alegre, a ser posible en hispanglis, estilo ondebridsideOMderoud, otra es darle un beso a la primera persona que se encontraba al entrar en el trabajo, una sonrisa sincera y unos buenos dias de los de verdad.

Seguidamente, una vuelta por toda la casa, preguntandole a las personas si estan bien, que tal han dormido y si han tenido buenos sueños, si no tienen buenos sueños, hay que enseñarles a rezar al Angel de la Guarda.

Pasar todas las horas del dia con alegria, decirle a alguien que tiene unos ojos muy bonitos, que esos pendientes son preciosos, que como es que no se pone más ese vestido, o esa gabardina blanca, que hoy encuentra novia, que mañana nos tomamos juntas un café, o poner en la sala Dos Gardenias y al Machín, y hacer ver que bailas, con medio minuto es suficiente para despertar sonrisas perezosas.

Luego, al pasar por la floristeria, comprar alguna flor, y seguir camino a donde sea, con tontos pensamientos , de esos que ni pesan ni ocupan espacio, como en el progama de los payasos de la tele, que bonitos esos dos que tambien se patean la ciudad, y cosas por el estilo, si encima hace bueno, alegrarse de estar por unas horas en el cielo de los tontos, donde no hay preocupaciones ni nada de eso o que se le parezca, porque los tontos, en el mejor sentido de la palabra, sabemos bien poco de las cosas importantes, y si lo son, como somos tontos, no nos damos ni cuenta.

En el cielo de los tontos, las canciones suenan bien, la gente es feliz y la fruta es mas jugosa, hay campos de girasoles que dibujan más azul el horizonte, y hay camionetas de colores con tablas de surf en su techo, las ruedas resbalan entre la arena y las piedras...y ya es verano, y en el cielo de los tontos siempre te puedes dar un chapuzón, y luego secarte al Sol.

Y sin saber porque, las cosquillas del cielo de los tontos, hacen mas cosquillas. Aunque claro, las cosquillas no tienen porques.